domingo, 17 de mayo de 2009

Aporte Mary Luz Daza Fandiño

1. INTRODUCCIÓN
El presente escrito aborda el tema de la tasa o tipo de cambio en una perspectiva administrativa, por lo que se pregunta si esta variable macroeconómica es gerenciable, esto es, si se la puede administrar por un equipo directivo en una empresa en marcha o por crear, para alcanzar unos determinados objetivos financieros presupuestados.
Con ese enfoque y ante la necesidad de procurar la comprensión integral del concepto "tipo de cambio", los autores, en secuencia organizada, presentan primero la introducción, en la segunda sección sus elementos básicos, desde la definición formal hasta los fundamentos de la política cambiaria y otras distintas variables, exponiendo en tercera instancia los regímenes cambiarios, lo cual permite llevar al lector a la cuarta sección, donde se presentan los factores esenciales considerados por los especialistas para intentar pronosticar la tasa de cambio, de donde se gana vía para exponer la incidencia de la tasa de cambio en las empresas, sección última esta donde se exponen algunas aplicaciones prácticas del tipo de cambio, llegando finalmente a las conclusiones.
Con esa estructura se pone a criterio de la comunidad universitaria y empresarial, este avance de lo que en el futuro será un trabajo más ambicioso sobre la tasa de cambio, y la forma como se la puede visualizar y administrar, si es que ello es posible, para una variable presente en todos los países y sus gobiernos y en todas las empresas y sus administraciones, pero donde ni ellos ni la autoridad monetaria nacional saben a ciencia cierta en cuánto estará mañana, aduciendo que su precio depende de un mercado interconectado mundialmente. De allí el interés y pasión por reconocerla y estudiarla y al menos saber aplicarla en los negocios diarios, ante la imposibilidad de obtenerla como una meta dada.
2. LA TASA DE CAMBIO: SUS FUNDAMENTOS
Para testimoniar la importancia de las tasas de cambio en el intercambio comercial, José Antonio Ocampo recuerda a sus lectores que "estas desempeñan las mismas funciones que cualquier otro precio en una economía" y agrega "sin embargo, éstas son el precio de todos los precios" y remata son "los precios superiores en la economía, en la medida que no afectan las decisiones sobre el uso de un solo producto o factor de producción sino que, por el contrario, afectan los precios de todos los bienes, servicios y factores que se pueden comerciar con otros países" (Ocampo, 1999, p.333).
La potente definición de Ocampo "precio de todos los precios" y su alcance sobre todo aquello que se pueda transar como factor productivo, bien intermedio o bien final, indican que la tasa de cambio es elemento crítico de la economía, gravitando sobre los precios con pleno poder, obligando esto a que sea conocida por dirigentes empresariales, emprendedores e inversores de manera especial, aunque la comunidad en general debe saber sus principios.
El cometido de un estudiante (futuro profesional, empleado o emprendedor) y un empresario se vuelve superior al comprender que ellos (serán) son tomadores de decisiones y por tanto no son sujetos pasivos, debiendo en consecuencia anticipar la información sobre las variables esenciales que determinan la tasa de cambio, tarea para la cual es necesario pronosticar. De allí el propósito de este estudio, fundado en proporcionar herramientas para hacer predicción de la tasa de cambio, como insumo para administrar empresas ocupadas o no de exportar.
La dificultad en alcanzar el objetivo es el mismo que ha envuelto a la tasa de cambio en un asunto para iniciados o expertos, por lo cual el común de los empresarios, emprendedores y comunidad en general, la asumen como algo dado, esto es, algo de lo cual solo cabe informarse el día que se la requiere, ello por involucrar cuestiones fundamentales de economía y administración de negocios que la hacen compleja, dispendiosa y por ende aburrida de entender. Allí pues, las coberturas y/o limitantes naturales y artificiales que podrían impulsar o impedir tratar el asunto, consiguiendo que un empresario, un estudiante o un ciudadano promedio se interesen por comprender sobre la tasa de cambio y cómo se la debe anticipar, si esto fuese viable, para en últimas llegar a administrarla.
Para eliminar la barrera natural de la complejidad en el tema, se recurre al expediente de poner sobre la mesa los conceptos centrales que permiten entender la tasa de cambio, más allá de lo estrictamente económico y empresarial, al ponerlo como lo que es, un asunto vital en el diario transcurrir de los agentes sociales demandantes de bienes tangibles e intangibles necesarios para vivir, como se sustenta al iniciar, precisando cómo la tasa de cambio determina los precios de tales bienes.
La barrera artificial gruesa está en la mente de la mayoría de los empresarios, quienes al considerar a la tasa de cambio como una variable macroeconómica, alejada de sus posibilidades de control, dejan de lado la realidad determinante de ésta, el desempeño del mercado del cual ellos son parte, y por sobre todo, los movimientos que cada uno puede hacer para ampliar las oportunidades que brinda y revertir sus influencias negativas.
Reconocidas las barreras naturales y artificiales primarias, queda claro, la tasa de cambio surge como un valor nominal diario, formado por los criterios y acciones de los gerentes, pero explicado preferiblemente por los teóricos de la economía, lo cual le da esa condición especial, entre lo pagano por el uso diario y lo sofisticado y complejo, por la cantidad de variables a observar para explicarla, entenderla y usarla favorablemente por aquellos que más sienten su presión: los gerentes. Por esto, a ellos y a los que están en formación, se les debe fundamentar sobre los principios económicos que explican la tasa de cambio.
En tal sentido, para poner en contexto al lector, sobre todo a los menos familiarizados con el tipo de cambio, se suministra a continuación una serie de fundamentos, facilitando esto la tarea principal de entender integralmente el tema y la importancia de las predicciones del tipo de cambio para las finanzas.
· Noción de tasa de cambio: el precio de una moneda en función de otra moneda se denomina tipo de cambio (Krugman, Obstfeld 2001, p. 339), pudiéndose expresar de dos maneras: unidades de la moneda nacional por unidad monetaria extranjera, para formular de manera directa, o unidades de moneda extranjera por unidad de moneda nacional, para indicarla en términos indirectos.
Los países menos fuertes económicamente cuyas monedas tienen poco reconocimiento o aceptación comercial en el mundo, toman una moneda fuerte o divisa (dólar, euro, libra esterlina o yen) para dar su precio en referencia a ella. La decisión sobre qué moneda emplear como referencia depende del nivel de integración comercial sostenido con cada país base de esas monedas de reserva.
Entonces, al conocer a una fecha determinada la cotización de una moneda en relación con una divisa, se establece el precio de un bien a importar así: ¿Cuántos pesos colombianos vale un computador de Estados Unidos que cuesta 600 dólares? Si a la fecha dada el tipo de cambio (E) es de 2.500 pesos por dólar se tiene (con ecuación E1):
E1: Pvu$ = E x Pvu*
Aquí Pvu$ es el precio de venta unitario en pesos; E es el tipo de cambio de pesos a dólares de USA y Pvu* es el precio de venta unitario en moneda extranjera.
Pvu$ = (2.500 pesos / 1 dólar) x (600 dólares) = 1.500.000 pesos.
En el evento que se fuera a exportar de Colombia hacia los Estados Unidos un bien que vale $ 1.500.000 con la misma tasa de cambio se tendría:
E2 : Pvu* = E* x Pvu$
Donde Pvu* es el precio de venta unitario en el exterior y E* es el tipo de cambio de dólares a pesos.
(1 dólar / 2500 pesos) x (1.500.000 pesos) = 600 dólares
· Responsable de establecer el tipo de cambio: el banco central de cada país, cuyos directores pueden contar con la participación de las autoridades del área económica y de comercio exterior de la nación.
· Formas de establecer la tasa de cambio: mediante el cambio de precios de los productos, la variación de la tasa de interés, la interacción entre demanda y oferta de moneda extranjera, las relaciones de intercambio con los demás países y otras variables claves. La tasa de cambio varía de manera continua, con menor o mayor rapidez, dependiendo del régimen cambiario usado por cada gobierno nacional y/o la autoridad monetaria nacional.
· Objetivos de la política cambiaria: asumiendo que en economía una "política" contiene la forma de pensar de la autoridad y establece los parámetros para orientar la economía en sus frentes claves, o como dice Ocampo (Ibíd, 1999, p.194), "es un conjunto de determinaciones y lineamientos que diseña y ejecuta el gobierno con el fin de orientar la actividad económica general hacia la realización eficiente de objetivos privados y colectivos", se puede decir que la política cambiaria tiene como propósito establecer un tipo de cambio de equilibrio, capaz de evitar situaciones de fuerte superávit o déficit en las operaciones corrientes del país con el exterior.
· Influencia en los negocios: dada la interacción de las distintas variables económicas que determinan la tasa de cambio (inflación, interés, productividad, precios externos y demás), es claro que esta afecta la formación de precios de los bienes transables y no transables internacionalmente. Así una tasa de cambio sobrevaluada, esto es, determinada por encima del nivel de equilibrio, hará los precios internos altos frente a los del resto del mundo, impidiendo exportar e incentivando importar, causándose un déficit entre exportaciones e importaciones. Al revés, un tipo de cambio subvaluado, origina los movimientos contrarios, debiendo tenerse en cuenta que un tipo así operado no hace a los productores de un país competitivos, subsidia a los compradores extranjeros y en últimas genera pobreza (Porter, 1991).
Finalmente, los precios de los bienes no transados internacionalmente, se ven afectados, al quebrarse empresas impactadas por el ingreso de productos baratos del exterior, dada la sobrevaluación del tipo de cambio, lo que genera desempleo, que al hacer caer la demanda agregada interna puede conducir a una recesión económica, entendida como contracción general de la actividad productiva en un país, y manifestada inicialmente con la caída durante tres trimestres continuos del indicador del producto interno bruto.
· Impacto del tipo de cambio en las economías: en línea con lo expresado, al observar preliminarmente la influencia del tipo de cambio en los negocios, se añade en una visión macro, que las economías se afectan con una devaluación o revaluación de su moneda, en mayor o menor grado, lo cual depende del nivel de especialización o desarrollo poseído. Los países industrializados pueden salir sin daño alguno de una crisis de tipos de cambio, pero las economías emergentes sufren el impacto de las salidas de capitales, lo cual contrae la actividad comercial y genera conmociones económicas. (Calvo y Reinhart, 1999, pp. 13-15).
Según los autores citados, las devaluaciones cumplen generalmente una función expansionista (crecimiento económico) en las naciones industrializadas, pues les contribuyen a vender más al resto del mundo, mientras en los países en desarrollo, los especuladores monetarios hacen ataques a la moneda nacional, y "ponen de manifiesto las enormes pérdidas de producción vinculadas al problema de la inversión1 de las corrientes de capital".
En el entendido que la solidez de una macroeconomía es el resultado de la productividad y competitividad de sus empresas, lo cual les permite participar en el mercado nacional y extranjero con éxito, es evidente la necesidad de alcanzar y mantener en las economías en desarrollo, una tasa de cambio de equilibrio, en sintonía con la capacidad cierta de producción del país.
En un ambiente económico estable, gracias a la existencia de políticas económicas equilibradas, tomadas mediante análisis técnico y real, prosperan empresas de todos los tamaños, de alto desempeño operacional, auspiciando esto un círculo virtuoso de mayor inversión fija o directa, nacional y extranjera, en el sector real de la producción, en vez de la inversión especulativa pasajera.
· El mercado cambiario: según Hill, "el mercado cambiario no se ubica en un solo lugar. Es una red global de bancos, cambistas y corredores de divisas conectada mediante sistemas de comunicación electrónica". (Hill, 2001, p. 318) y tiene su razón de ser en la existencia en el mundo de muchos países con monedas nacionales distintas las cuales son compradas y vendidas. La transacción de divisas crece a gran velocidad, de forma independiente al comercio de bienes y servicios, pues los capitales se mueven por el mundo sin que se esté comprando un bien dado, sino por el beneficio que se genera al simplemente transar dinero y títulos valores entre residentes de distintos países. Los centros neurálgicos de este mercado son Londres, Nueva York y Tokio, seguidos por Singapur, Hong Kong, Zurich, Frankfort, París, San Francisco y Sydney, en Australia.
· Convertibilidad de las monedas: cuando los residentes y no residentes de un país pueden cambiar una moneda nacional por otra sin que exista restricción alguna por parte del gobierno, se dice que esa moneda es convertible libremente. Si el gobierno no permite a sus nacionales adquirir moneda extranjera y conservarla según sus necesidades e intereses, pero sí permite ello a los no residentes, la moneda es convertible externamente. Si la prohibición de intercambiar la moneda es para los residentes y no residentes la moneda no es convertible.
El dólar de Estados Unidos, la libra de Inglaterra, el euro de la Unión Europea y el yen de Japón, son denominadas monedas firmes o duras, son libremente convertibles, y son empleadas como moneda de reserva y referencia por las demás economías del mundo frente a sus monedas. La aceptación común de esas monedas en los negocios internacionales hace que se las reconozca como divisas.
Especulación contra el tipo de cambio: las diferencias de valor entre monedas nacionales y su movilidad continua, han hecho que empresas como Quantum Grup, del húngaro George Soros, y otros reconocidos tenedores de activos financieros, hagan grandes fortunas especulando con una divisa en relación con otra. Si un administrador financiero o jugador del comercio entre naciones, converge en mercados con ese tipo de "apostadores", le conviene mantenerse bien informado sobre sus movidas y la tendencia de las monedas con las cuales transa.
Esos financistas o cambistas operan mediante fondos de cobertura y hacen la llamada venta en corto, la "cual ocurre cuando un inversionista lanza una apuesta especulativa en torno a la declinación del valor de un activo financiero -divisas, bonos, acciones- y se benefician a partir de ese resultado" (Ibíd., Hill 2001, p. 314). Amparados en sus enormes fondos de cobertura, especuladores como George Soros, piden prestado mil millones de una moneda, como el real brasilero, la cual valoran se depreciará en poco tiempo, con ese dinero compran dólares de Estados Unidos, ocasionando escasez de reales, que presiona con revaluarse, ante lo cual la autoridad monetaria brasilera devalúa, para mantener el equilibrio cambiario, hecho después del cual el especulador paga la deuda de mil millones de reales comprados con menos dólares de lo que inicialmente valían, materializándose así su ganancia.
Los tipos de cambio y las integraciones comerciales entre naciones: los acuerdos comerciales entre naciones tipo G3 (grupo de los tres: México, Venezuela -de salida- y Colombia), o TLC de América del Norte (Tratado de Libre Comercio: Estados Unidos, Méjico y Canadá), Mercosur (Mercado Común del Sur: Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay con Chile como participante y Venezuela de entrada) y la propia CAN (Comunidad Andina de Naciones: Bolivia, Perú, Ecuador, Venezuela -de salida- y Colombia) entre tantos otros, se ven limitados o impedidos en el alcance de sus objetivos comerciales por los diferenciales en el tipo de cambio, pues este instrumento llega a ser usado por un gobierno para impulsar artificialmente sus exportaciones hacia los países socios y el resto del mundo, mediante la devaluación, en una política conocida como empobrecer al vecino.
Una de las razones del relativo éxito de la hoy conocida Unión Europea (UE) (De Lombaerde, 2002, p. 19.) la cual ha cubierto todos los niveles de integración económica2 excepto la inicial, llamada área de libre comercio, ha sido la de llegar al grado de unión económica, habiendo eliminado paulatinamente las barreras comerciales, hasta llegar a coordinar entre sus miembros la política monetaria, la fiscal y la cambiaria, una vez unificados los impuestos y permitida la libre movilidad de factores de producción, en un proceso asimétrico, donde las naciones más fuertes económicamente hacían concesiones a las más retrasadas, para equilibrarse en la hoy llamada zona euro.
Mostrada la forma como la tasa de cambio incide sobre el comercio mundial a partir de una serie de conceptualizaciones básicas, se plantean ahora al lector las distintas opciones disponibles por los gobernantes para aplicar una política cambiaria.
3. RÉGIMEN CAMBIARIO
Para establecer su tasa de cambio, cada nación define en su política cambiaria un régimen, sistema o modelo, dentro del cual conducir esta importante variable, indicando a sus nacionales y extranjeros la certeza de unas reglas de juego sobre las cuales intuir los movimientos del tipo de cambio y adoptar decisiones.
Para comerciar entre empresarios ubicados en países distintos, desde hace más de 3000 años antes de Cristo, siempre hubo necesidad de definir un instrumento de intercambio y acumulación de valor, de donde surgió el oro, medio que perduró hasta 1971 cuando el presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, unilateralmente desmontó el sistema de tipo de cambio fijo de Breton Woods (New Hampshire), establecido al crearse en 1944 el Fondo Monetario Internacional.
Después del colapso del sistema monetario internacional (SMI), en los años setenta, desapareció el patrón oro, sistema en el cual se fijaba el valor de las distintas monedas en función del dólar estadounidense, permitiendo esto que el dólar de Estados Unidos dejara de ser la única moneda convertible en oro y evitase las presiones económicas del mundo. Ante ello y después de ensayar distintos sistemas que permitiesen la paridad cambiaria entre naciones de distinta posición económica, se fortaleció el criterio de manejar la tasa de cambio dentro de estas alternativas:
Tipo de cambio fijo
Tipo de cambio flexible
Tipo de cambio administrado con estas opciones:
Tasa de cambio con ajuste sucesivo o gradual (Crawling peg)
Tasas de cambio múltiples
Banda cambiaria
Caja de conversión
Dolarización
Ahora conviene hacer una rápida explicación de esas posibilidades de conducción del tipo de cambio por la autoridad monetaria de un país, cuyo cometido es alcanzar y mantener, debe recordarse, tipos de cambio de equilibrio, proporcionando una base técnica, antes que política, para definir el tipo de cambio en cada coyuntura histórica de una economía en atención a su posición productiva y consecuente posición de precios internos.
3.1 Tipo de cambio fijo
La autoridad económica establece el valor de la moneda nacional en relación con una divisa o canasta de monedas fuertes extranjeras y defiende esa posición comprando o vendiendo divisas extranjeras, lo cual puede amenazar las reservas internacionales del país, aunque le quede el recurso de modificar la equivalencia antes establecida, si el desequilibrio es permanente.
El tipo de cambio fijo facilita la labor del administrador financiero en tanto le otorga un valor exacto de referencia para comerciar intercambiando moneda, siendo su mayor riesgo el tener que enfrentar periodos con un tipo de cambio sobre o subvaluado, para ver perjudicados sus niveles de ventas e ingresos, hasta tanto la autoridad monetaria y cambiaria del país reaccione, para mover la tasa de cambio hacia la posición de equilibrio. El tipo de cambio fijo es criticado porque para mantenerlo el banco central debe usar el dinero acumulado como reservas internacionales y vincula inflación o deflación a sus ajustes (Eiteman, Stonehill, pp. 161 - 163).
3.2 Tipo de cambio flexible o flotante
El banco central, con el equipo económico del gobierno, permiten que su moneda se mueva libremente, cambiando su valor según se oferte y demande moneda extranjera con ella. Según José Antonio Ocampo, "bajo este sistema de manejo cambiario las operaciones con el exterior se mantienen equilibradas, puesto que si surgen desequilibrios estos son absorbidos por variaciones en la tasa de cambio" (Ibíd., Ocampo, 1999, p. 328).
Con todo, se asegura que en realidad ninguna moneda flota en plena libertad, ni las denominadas duras, pues las autoridades monetarias hacen cambiar la tendencia del mercado de divisas, comprando y vendiendo la moneda extranjera de referencia.
El tipo de cambio flotante obliga al administrador financiero a permanecer en alerta, informado permanentemente, para tomar decisiones acertadas de compra o venta de divisas, según sean sus requerimientos financieros y la complejidad de instrumentos empleados para intercambiar las monedas requeridas. Se critica este sistema porque la volatilidad del tipo de cambio incrementa la incertidumbre en los precios y reduce el comercio internacional, anotándose que la flexibilidad es inflacionaria (Ibíd., Eiteman, Stonehill, pp. 154 -161).
3.3 Tipo de cambio administrado
Se dice que la tasa de cambio es administrada cuando la autoridad económica (Banco Central más Ministerio de Hacienda) la intervienen según sus criterios, en el entendido básico de conseguir equilibrio cambiario a favor de la nación.
Esta modalidad se mueve entre los dos extremos explicados, fijo y flexible, siendo lo que Stanley Fischer (Fischer, 2001, p. 18-21) llamó "régimen intermedio" o "enfoque bipolar" el cual asegura defender.
Dado que el régimen fijo es por excelencia administrado y el flexible es intervenido mediante la compra y venta de moneda extranjera para modificar la tendencia del mercado de divisas, todos los regímenes son administrados, incluidos naturalmente los intermedios ya citados y enseguida explicados.
3.3.1 Tasa de cambio con ajustes sucesivos o graduales
Conocida como "Crowling peg" o ajuste "gota a gota", esta modalidad consiste en fijar una tasa fija que se modifica paulatinamente según varíen las condiciones económicas internas y externas (se observan los socios comerciales claves de la nación) con las cuales se comercia con el exterior. Colombia empleó esta modalidad con relativo éxito desde el gobierno de Carlos Lleras Restrepo, permitiendo a los administradores financieros conocer anticipadamente el movimiento de la moneda nacional, con lo cual se les facilitaba planificar sus movimientos financieros al comprar, producir y vender.
3.3.2 Tasas de cambio múltiples
Algunos países han establecido una tasa promedio de equivalencia fija para el intercambio comercial general con el exterior, creando no obstante tasas diferenciales para algunos bienes a importar y exportar, según sea el interés nacional. El fin de esto es incentivar o desestimular algunas operaciones de comercio con el exterior.
Las tasas de cambio múltiples suelen ser una política cambiaria desastrosa, según ejemplifica la experiencia del Perú en el gobierno de Alan García en los años ochenta del siglo pasado, pues se termina definiendo tipos de cambio favorables para unos sectores en detrimento de otros, según la capacidad de presión o amistad política de unos gremios frente al gobierno. En tal ambiente, un gerente financiero tiene el peor de los escenarios para administrar los recursos de una empresa.
3.3.3 Banda cambiaria
Consiste en establecer un piso y un techo dentro del cual habrá de moverse el tipo de cambio, en relación con una divisa de referencia, habiendo determinado la autoridad económica la trayectoria del punto medio dentro de la banda, comprometiéndose a mantener el tipo de cambio en ese intervalo, incluso empleando las reservas internacionales en ello, para proteger el sistema de ataques especulativos internos o externos, todo para ofrecer al sector productivo una guía sobre el rumbo de la tasa de cambio, facilitando la toma de decisiones de compra y venta en los negocios internacionales.
Abandonado el sistema Crowling peg, Colombia asumió el modelo de bandas cambiarias hasta 1999, cuando tomó el modelo flotante, el cual a juicio de algunos analistas se ajustaba mejor al perfil de una economía que había asumido la apertura económica eliminando gravámenes a las importaciones y mejorando su infraestructura de comunicaciones y portuarias, al tiempo que reformaba su andamiaje bancario para facilitar las transacciones financieras al interior y con el resto del mundo.
El caso colombiano respalda la posición de Stanley Fischer de privilegiar los sistemas cambiarios administrados, los cuales de aplicarse con el nivel de conservadurismo u ortodoxia económica común en este país, aporta en las empresas, cuyos dirigentes financieros disponen en el sistema de la banda cambiaria de una tasa de cambio objetivo, signado en el punto medio de la banda, que aunque móvil, se puede predecir en sus variaciones, en razón a que la autoridad monetaria les da las señales necesarias de hacia dónde conducirá al "precio de todos los precios". Si bien ello puede favorecer a las empresas, mantener a la monedad nacional dentro de la franja puede resultar costoso para el banco central, quien habría de emplear las reservas nacionales en ese propósito.
3.3.4 Cajas de conversión
Leyendo a Anne Marie Gulde (Gulde, 1999, pp. 36-39) se entiende que un régimen de convertibilidad es aquel en el cual la autoridad económica establece la paridad de la moneda nacional en relación con una divisa fuerte, la cual funciona como ancla.
El sistema resulta creíble, dice Gulde, "si el banco central mantiene suficientes reservas de divisas para cubrir por lo menos todos sus pasivos monetarios -moneda en manos del público-, dando seguridad de este modo a los mercados financieros y al público en general de que cada billete de la moneda nacional está respaldado por un monto equivalente de moneda extranjera en las arcas estatales".
El objetivo de naciones que han empleado esta figura como Argentina, Lituania, Estonia y Bulgaria es eliminar la inflación de alto nivel, llamada hiperinflación.
Los agentes económicos nacionales ponen así confianza en su moneda nacional, no por ella misma, sino porque está sujeta en una paridad dada a una divisa sólida, respaldado ello en las necesarias reservas internacionales, en particular de la divisa adoptada como referencia.
La caja de conversión puede mantenerse, hasta que los agentes económicos hayan recobrado la confianza en la moneda nacional, se haya estabilizado la inflación y las condiciones de productividad nacional, en comparación con la de aquellos países considerados socios comerciales de la nación, permitan a los empresarios nacionales competir tanto por el mercado interno como por el externo. El colapso de la economía argentina en 2001, se debió a que acumuló mucha presión por la competencia externa, especialmente de productos llegados del Brasil, cuya moneda flotaba, mientras el peso argentino estaba anclado al dólar estadounidense, en una política no modificada a tiempo por la autoridad monetaria.
En una nación acogida a la caja de conversión, la dirección financiera debe monitorear la capacidad de su gremio para competir en el mercado interno y en el externo con la política de convertibilidad dispuesta, para reaccionar de manera unida, gremial, cuando sea necesario mostrarle a la autoridad económica que la relación de paridad definida (tantas unidades de la moneda nacional por una de la tomada como referencia) no está permitiendo competir con los rivales extranjeros por el mercado interno, cubiertas las condiciones aceptables de productividad gremial, en comparación con los oferentes extranjeros.
3.3.5 La dolarización
Esta modalidad consiste en eliminar la moneda nacional como unidad de intercambio comercial, para adoptar una divisa fuerte como el dólar, el euro o el yen. Se pierde toda soberanía monetaria mientras perdure el sistema.
La experiencia de Ecuador enseña cómo ciertamente se estabiliza la inflación, pero el país puede quedar expuesto a la llegada de productos extranjeros, especialmente de economías emergentes, socias comerciales o no, cuyos empresarios ven en la nación, para el caso Ecuador, a un pequeño estado de los Estados Unidos, el cual aunque con menor capacidad adquisitiva que el resto de los estados ciertamente miembros de la unión, por emplear una moneda fuerte, ofrece así la oportunidad de vender con la ventaja de una tasa de cambio favorable para quien vende al país dolarizado, desde una nación en la cual la moneda puede fluctuar, ajustándose en busca del necesario equilibrio cambiario, capaz de garantizar ventaja comercial frente a la nación dolarizada.
El administrador financiero radicado en el país dolarizado, debe mantener una estructura de costos muy controlada, acomodada al ajuste interno de precios equivalentes al reinante antes de la dolarización, en el entendido que su empresa compite, salvo una firma que emplee estrategia de diferenciación vendiendo a altos precios con valor agregado, como lo hacen la mayoría de las empresas de países en desarrollo, con estrategia de precios bajos o medianos, por lo cual deben procurar costos de producción bajos en condiciones de eficiencia productiva. Esto máxime, conociendo que sus competidores externos que envían producto a su mercado, cuentan con el diferencial de la tasa de cambio como mecanismo de incentivo a las exportaciones a su favor.
Lo estudiado hasta aquí deja los fundamentos imprescindibles sobre lo que es la tasa de cambio y su función en el comercio mundial, y por tanto en las finanzas de las empresas y los países, para que emprendedores e inversores, conociendo al menos su esencia, puedan adentrarse a observar cómo se la pronostica y cómo emplearla en sus decisiones estratégicas (Rugman, 1997, p. 242)
4. FACTORES ESENCIALES PARA PRONOSTICAR LA TASA DE CAMBIO
Los autores citados del área de negocios internacionales (Hill, Daniels y Radebaugh, Eiteman y Stonehill y Rugman con Hodgetts) de una u otra manera y en mayor o menor medida indican cómo predecir las variaciones (hacia abajo o hacia arriba) del tipo de cambio, como también lo hacen los autores más economicistas citados (Ocampo, Fischer y Krugman con Obstfeld), de cuya lectura analítica se puede deducir la siguiente lista de factores claves a observar para hacer tal predicción:
Análisis de la balanza de pagos
Nivel de los recursos internacionales
Nivel de la productividad nacional como aprovechamiento de la capacidad instalada (CI)
Tasas de inflación relativas en función a oferta monetaria
Diferenciales en la tasa de interés
La psicología del mercado
Los ciclos comerciales
Las políticas gubernamentales
La paridad del poder adquisitivo
Movimientos recientes del tipo de cambio
Esos diez elementos deberán auscultarse por el equipo predictor de una organización o proyecto emprendedor interesado en anticipar a un plazo dado (semanas, meses, años) la posición de la tasa de cambio, con la cual se harán cobros y pagos, por servicios a prestar o recibidos, o bienes vendidos y comprados, o bien por una especulación monetaria a realizar o en proceso, situaciones todas ellas cada vez más frecuentes en las empresas de manera esporádica o continua, sin importar el tamaño de las firmas y su residencia, aunque sí el grado de apertura económica del país en cuestión, sin ser esto óbice para que en una nación menos integrada al tráfico internacional de mercancías y valores, se diga que está totalmente ausente de ese giro económico.
Así las cosas, por razones prácticas o curiosidad intelectual, ejecutivos empresariales, emprendedores e inversores deberán enterarse de cómo se analizan esas variables, según se narra enseguida.
4.1 Análisis de la balanza de pagos
La balanza de pagos contabiliza las transacciones económicas en un periodo dado de los residentes de un país con el resto del mundo. De allí su relevancia para el análisis predictivo.
En ella se encuentran dos registros esenciales para conocer la operación comercial de la nación, establecidos en la cuenta corriente y la cuenta de capital.
La cuenta corriente se compone de la balanza comercial y la de servicios, donde se indica el superávit, equilibrio o déficit del país al exportar e importar bienes tangibles e intangibles. También se localiza allí la cuenta de transferencias, para saldar los movimientos de capitales (ingresos menos egresos) ocurridos entrando o saliendo de un país, sin que exista una contrapartida o bien tangible o intangible dado a cambio. Un déficit en la cuenta corriente significa que un país ha invertido más de lo ahorrado, debiendo compensarse o cubrirse con préstamos provenientes del ahorro de otras naciones, o en su defecto tomando recursos de las reservas internacionales que hubiese podido acumular la nación.
La cuenta de capital descubre los recursos de inversión o crédito recibidos o cedidos en un país. Así, todo ingreso por inversión o crédito en otra fecha será egreso por pago de utilidades, amortizaciones y viceversa; todo egreso en un futuro será ingreso en cualquiera de las dos opciones dichas.
Por reflejar esas realidades en esas dos principales cuentas, la balanza de pagos es catalogada como un poderoso instrumento para hacer análisis de y entre países, conociendo cuál tiene desequilibrios que limitarían sus transacciones con el resto del mundo.
El administrador financiero no necesariamente debe ser un experto en análisis de países, pero sí debe informarse de los expertos, sobre todo en lo referente a las naciones a las que compra y vende regularmente, para minimizar incertidumbres acerca de los movimientos de su moneda frente a las de esas naciones, pues puede ocurrir que un gobierno como el venezolano en las administraciones de Rafael Caldera y Hugo Chávez, restrinjan el cambio a sus ciudadanos de moneda nacional por la divisa de reserva (dólares), buscando evitar profundizar una caída de las reservas internacionales, lo que les acarrearía un desfase en la balanza de pagos, actuando los gobernantes así en procura de mantener el equilibrio de la tasa de cambio.
4.2 Nivel de reservas internacionales
Según Ocampo, estas "son los medios de pago de aceptación internacional que se acumulan en cada país a manera de reservas" (Ibíd., Ocampo, 1999, p. 347) y se constituyen con los superávit de la cuenta corriente de la balanza de pagos. Se fortalecen también las reservas por los beneficios por intereses o valorización del portafolio de activos3 que con ellas haya constituido el Banco Central, y temporalmente con los superávit de la cuenta de capital.
La función de las reservas es asegurar los pagos al exterior y cubrir necesidades de liquidez, siendo ellas un indicador para los empresarios del resto del mundo que transan con los de un país. Si las reservas son muy bajas o nulas, un exportador puede reconsiderar vender en una economía emergente, atemorizado por la posibilidad que el importador no le pague en una moneda dura, convertible como el dólar, el euro o el yen, no porque se niegue el comerciante a pagar sino por que en su país no se cuenta con esas monedas para que el importador la compre y pague la factura.
Un país con pocas reservas internacionales tendrá una moneda débil, esto es, devaluada, siendo por tanto sencillo predecir que si la tendencia es hacia la caída de las reservas, la moneda nacional se debilitara aún más, ante lo cual el gerente financiero adelanta o detiene sus planes de compra en el exterior y sugiere poner énfasis en exportar.
4.3 Nivel de la productividad nacional
Hasta aquí, no se ha mencionado expresamente el papel jugado por la productividad4 nacional en la determinación del tipo de cambio, pareciendo como si el mismo fuese el resultado de la simple oferta y demanda de una moneda nacional en función de otras y demás factores intangibles propios de la especulación financiera, pero esto no es así, pues, sencillamente, el nivel de productividad de las empresas de un país es la base fundamental sobre la cual se establece la base del tipo de cambio.
Es evidente que el poder del dólar en el mundo económico se sustenta en el alto nivel de productividad del aparato productivo de los Estados Unidos (Krugman, 1994, p. 64-88); así mismo la debilidad de la moneda venezolana a mediados del 2004 se debe a la brusca caída de los indicadores de productividad de ese país inducidos por problemas de diversa índole, entre ellos el político.
Un informe de la autoridad monetaria colombiana (Banco de la República, marzo de 2004, p. 42) al reseñar el comportamiento de la capacidad productiva del país y haciendo referencia a la utilización de la capacidad instalada emplea la herramienta "estimación de la brecha del producto" la cual define como "la diferencia entre el nivel de producto observado en el periodo corriente y el producto potencial de la economía", es decir, lo que se llegaría a producir si hay pleno uso de los factores "mostrando el vínculo entre inflación y productividad" al decir "la teoría económica ha identificado que de acuerdo con la fase del ciclo económico, si la economía se encuentra operando por encima (abajo) de su nivel potencial, la brecha del producto será positiva (negativa) ejerciendo presiones inflacionarias (desinflacionarias) de demanda".
Si bien Eiteman y Stonehill, ya citados, sostienen que "la relación entre inflación y devaluación no es necesariamente causal, sino que es una correlación parcial" es evidente cómo pesa la productividad sobre la inflación, el tipo de interés y la tasa de devaluación, cuando se lee en documentos sólidamente soportados como el indicado del Banco Central colombiano que "los excesos de capacidad productiva contribuyeron a mantener estable a la inflación de no transables" y que "a marzo, la tasa de cambio siguió desempeñando un papel fundamental en la reducción de la inflación al consumidor".
Así pues, la capacidad productiva es el epicentro cierto y definitivo para establecer la tasa de cambio, y su composición y nivel inciden sobre la formación de los precios, esto es, sobre la inflación, y esta a su vez de manera directamente proporcional mueve la tasa de interés que de forma inversa influye sobre el tipo de cambio.
Sobre esa base, la dirección de la empresa, su responsable financiero, podrá visualizar el comportamiento de la tasa de cambio en función al comportamiento del índice de productividad del país donde está radicado, de aquel desde donde importa o de ese al cual exporta, todo en una relación de mutua influencia, tasa de cambio nacional versus tasa de cambio de los socios comerciales y valor de la divisa de referencia, si las monedas de los dos países donde se localizan las empresas que transan no gozan de aceptación internacional.
Entonces, la fortaleza del indicador "productividad nacional", la medición periódica que de él hacen entidades de investigación económica creíbles, lo convierten quizá en el instrumento más sólido para quien se interese en anticipar el comportamiento del tipo de cambio, a fin de reducir incertidumbre para tomar decisiones presentes que incidirán en los resultados financieros futuros de la empresa, más allá del nivel de interacción comercial de una empresa nacional con sus similares extranjeras.
4.4 Tasas de inflación relativas en función de la oferta monetaria
La inflación, esto es, el crecimiento del nivel general de precios en una economía, a iguales o aun menores niveles de producción de bienes y servicios en un periodo dado, tiene como uno de sus elementos generadores a la oferta monetaria, por lo que al crecer los medios de pago, sin que crezca en igual proporción la producción se induce inflación. De allí que la función primaria del Banco Central, incluso por norma constitucional, sea resguardar la economía de la inflación.Los financieros, como los demás agentes económicos, han aprendido a tomar el indicador de inflación, junto al del producto interno bruto, como un elemento resumen del desempeño económico de los países, por lo que sólo corresponde señalar cómo la subida de costos en bienes tangibles e intangibles se mueve de un sector empresarial a otro rápidamente y ello induce a la subida de la tasa de interés, a la caída de la demanda y la consecuente devaluación de la moneda nacional, resumiéndose todo en el posterior empobrecimiento general.

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